Desde hace miles de años el ser humano ya estaba interesado en la conservación de los alimentos. Por eso utilizaban agua y hielo para detener la descomposición y preservar sus presas cazadas. Por ello en esta etapa prehistórica guardaban los alimentos en el fondo de las cavernas o cuevas de hielo.
Durante la Edad Antigua y la Edad Media generalmente para la conservación de los alimentos, utilizaban las especias y la sal. Lo cierto es que en 1748, el escocés Mr. William Cullen fue el encargado de construir el primer frigorífico que funcionaba con electricidad. Años más tarde, en 1842, se hizo por primera vez la congelación de alimentos de forma comercial.
Pero la gran revolución en la conservación de alimentos y el comercio llegó con el descubrimiento del frío industrial. Charles Tellier, en 1874, bota el primer barco frigorífico. Se llamó “Frigorifique” y transportó un cargamento de carne entre El Havre y Buenos Aires. Esta travesía duró 105 días y fue un importante avance que sirvió como preámbulo a la congelación industrial.
Por otra parte, Clarence Birdseye, fundador de Birdseye Seafoods en 1922, comprobó que cuanto más rápido se producía el proceso de congelación del alimento fresco, mejor conservaba su sabor y textura originales.
Los primeros platos congelados se sirvieron en 1945 a los pasajeros de las líneas aéreas estadounidenses. Los años 60 supusieron un gran impulso para los alimentos congelados. Los consumidores comienzan a comprar más alimentos congelados al ver que los astronautas que viajaron a la luna en 1969 los consumían.
A España los alimentos congelados llegaron hace más de 50 años. En el año 1958 la empresa Alimentos Congelados S.A. de Marcilla (Navarra), se convertía en la primera compañía española en comercializarlos; concretamente los vegetales. Sin embargo, la historia del congelado en nuestro país, está vinculada al pescado, debido a la llegada de los primeros buques congeladores a las rías gallegas en los 60.
A nivel europeo Electrolux comercializó el frigorífico en 1931, pero en España no comenzó a venderse hasta el año 1952.
En la actualidad el 100% de los hogares tiene un congelador en casa. Este puede producir hasta 18ºC bajo cero, que es la temperatura idónea para la conservación de alimentos. En los hogares cada día se consumen más los productos congelados, ya son aliados indiscutibles de la seguridad alimentaria, puesto que la congelación industrial o ultracongelación es el método más seguro de conservación.